Recuperar el aquí y el ahora: nakaima

Naka significa “medio”, Ima quiere decir “ahora”, “en el presente”. Para nosotros es la oportunidad de ocupar el sendero medio en el aquí y el ahora. El sendero medio de reiki: ni totalmente orientado a la sanación, ni sólo enfocado en la enseñanza,. Ocupándose de que ambos sirvan para la evolución de la vida humana sobre la tierra en términos concretos, dando forma mediante la energía reiki a la construcción de un vínculo de paz entre los seres humanos, comenzando por la paz en nuestro propio corazón: paz y estar bien con uno mismo en primer lugar.

Cuesta a veces vincular a reiki con algo diferente a la energía o a la sanación. Pero es también una enseñanza para nuestra vida, donde reiki es la excusa para enfocar, proteger, hacer valiosa a nuestra vida. Es que el encasillamiento puede servir pero sólo al principio: cuando algo no se conoce bien, da seguridad al que se acerca temeroso. Pasado ese momento, si quedarnos fijados a esa visión, distorsionamos la gran verdad a la que nos acerca reiki: la paz personal, social y planetaria es posible aun en un contexto de caos externo aparente e insatisfacción que desemboca en agresión y violencia.

La ausencia de conflicto no es paz. Nakaima enseña el camino medio porque nos ayuda a resolver el presente. Propone un cambio en nuestra manera de dialogar con la energía y de aplicar sus herramientas. Si reiki enseña un lenguaje de la energía en particular, Nakaima lo

orienta concretamente, a vivenciar mediante su energía, la sensación de que todos los hombres y mujeres somos hermanos, y necesitamos de manera prioritaria sentirnos bien con nosotros mismos.

Aunque suene romántico lo dicho, es en esos momentos en los que nos sentimos en foco con nuestro centro, es cuando el milagro de la sanación ocurre. No hay otra tarea más que la de elevarnos para ayudar a que otros se eleven por sobre su realidad. No somos nosotros, es lo divino expresado de manera plena a través de esa vivencia de gozo interior y bienestar ilimitado. Todo ello lo podemos sentir, o ayudar a que otros lo sientan, mediante estas prácticas.

Todo está bien y en el lugar que tiene que estar. Llegamos. Vemos que no hay lugar a donde ir. Que ya estamos en casa. Reconocemos que el fuego de lo divino está en nosotros, y que vivimos para ser felices. En una era de selfies y redes sociales, donde se acentúan las diferencias en lo externo, que de ninguna manera nos brinda bienestar. Si te animas, claro está, te espero!

Para aprender y ver la vida de modo diferente.

La energía produce un movimiento que pone en marcha una comunicación entre los opuestos. El fenómeno de reiki establece un punto de equilibrio entre dichos opuestos. Un punto máximo conecta con un punto mínimo, con la oscuridad de la noche el día nos parece claro. Percibir la unidad resulta de relacionar las dos polaridades a través del movimiento que realiza la energía.